Un año de moratoria y les ha pillado el tren. Las mujeres que dan a luz en los paritorios públicos de la Región no tienen opción de extraer y congelar la sangre del cordón umbilical de sus hijos. Ni para guardar esas células en un banco público ni en uno privado. Ni el hospital Virgen de la Arrixaca, la segunda maternidad del país, ni los paritorios del Rafael Méndez (Lorca), el Rosell (Cartagena), Los Arcos (San Javier), el Comarcal del Noroeste (Caravaca) y Virgen del Castillo (Yecla) han obtenido aún la acreditación como centro extractor que les exige la ley desde noviembre pasado.
El Real Decreto 1301/2006, de 10 noviembre, sobre Calidad y Seguridad de Células y Tejidos establece la obligación de contar con una acreditación específica para obtener la sangre de los cordones umbilicales en un hospital. Marca al detalle cómo debe realizarse el proceso, quiénes están autorizados, cómo se preserva y se evalúa la trazabilidad de la muestra.
Sin banco propio
Mientras otros muchos centros públicos se pusieron las pilas para tener listos los papeles antes de noviembre de 2007, fecha en la que entraba en vigor esta exigencia, las maternidades del Servicio Murciano de Salud (SMS) aún carecen de este permiso, a pesar de haber contado con un año de margen para efectuar los trámites.
De hecho, en la web de la Organización Nacional de Trasplantes (www.ont.es) se puede consultar la lista de las maternidades españolas públicas y privadas ya autorizadas en otras comunidades autónomas.
En la práctica la carencia de esta certificación supone, como han denunciado padres que han solicitado congelar estas células, que el cordón de sus hijos se tire sin más. Manuel Alcaraz, gerente de La Arrixaca, el único hospital del SMS que ha iniciado la tramitación, confirma esta queja. «Aquí no se están haciendo extracciones ni se van a realizar hasta que tengamos la acreditación».
Alcaraz confía en obtener el permiso este mismo trimestre, pero a priori sólo servirá para destinar las células madre de cada neonato a un banco público, en concreto al de la Comunidad Valenciana. De momento, la Región no contará con un servicio de almacenamiento propio; una decisión mal vista por los especialistas.
La extracción para un banco público supone, tal y como recoge el real decreto, una «donación altruista»: la muestra queda disponible para hacer trasplantes a cualquier paciente afectado de una leucemia o de un linfoma -las únicas aplicaciones clínicas de estas células cuya eficacia científica ya está demostrada- que sea compatible con esas células. Se trata de un trasplante alogénico: cuando el receptor no es el mismo donante.
El problema, como critica Ángel Peña, director comercial de la empresa de criopreservación Bioteca, es que «los padres suelen decidir guardar esa sangre para sus propios hijos. Aunque aún no sea una realidad, la terapia celular dará solución a medio o largo plazo a enfermedades hoy incurables, como la diabetes, o regenerar el corazón, músculos o huesos».
Por eso el 60% de los cordones congelados en España se envían a bancos privados que varias empresas poseen en otros países de la Unión Europea. En el caso de Bioteca, por ejemplo, su almacén se encuentra en Lisboa y garantiza, mediante un aval, que el Instituto Técnico Superior portugués se haría cargo de conservar las muestras todo el tiempo contratado por el cliente si la empresa quebrase.
Convenios 'condicionados'
Hasta que entró en vigor la ley las extracciones para bancos privados se practicaban en los hospitales públicos del SMS dependiendo de la buena voluntad de la matrona o del doctor de turno. Se metía la sangre en un kit que enviaba la empresa a los padres y éstos remitían la muestra al banco donde se comprueba su viabilidad antes de congelar las células. Ahora, está expresamente prohibido si el hospital no está previamente acreditado y ha firmado un convenio con el laboratorio de criopreservación de cordones elegido por los padres.
El gerente de La Arrixaca afirma que estudiará esos conciertos cuando obtengan el permiso para enviar muestras a Valencia. Eso sí, advierte de que «no firmaré si no me garantizan que habrá donación, que pondrán a disposición de la ONT esas células si un enfermo ajeno al donante las necesita».
Este panorama ha llevado a muchas embarazadas a parir en maternidades privadas que sí han concertado con bancos privados. «Hay gente que se va a Madrid. Y se irán más si la ley no diferencia entre donación y preservación», augura Peña.
Fuente: La Verdad de Murcia
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